El feriado en Ecuador siempre ha sido sinónimo de turismo, dinamismo económico y un respiro para miles de familias que buscan descanso y recreación. Sin embargo, en la provincia de El Oro, este nuevo feriado trae consigo una dualidad que no podemos ignorar. La expectativa de recibir visitantes y reactivar el turismo, una industria clave para la economía local, se ve opacada por un creciente problema: la inseguridad.

El Oro tiene un potencial turístico envidiable. Sus playas, su riqueza cultural y su gastronomía única hacen de esta provincia un destino ideal para quienes buscan una experiencia diferente. No obstante, el temor a la delincuencia y la percepción de inseguridad pueden jugar en contra, limitando la llegada de visitantes y afectando directamente a los negocios locales.

Es alarmante que, en lugar de promocionar sus atractivos, muchos establecimientos se ven obligados a invertir en seguridad privada, rejas y sistemas de vigilancia. La realidad es cruda: el turismo no puede florecer en un entorno donde el miedo predomina.

La reactivación económica no puede depender únicamente del turismo. Es imperativo construir una agenda del sector productivo que involucre a todos los actores: desde comerciantes hasta empresarios agrícolas, pasando por el sector pesquero y, por supuesto, el turístico. La provincia de El Oro necesita diversificar su economía, potenciar su producción local y crear sinergias entre sectores.

Esta agenda no solo debe enfocarse en incentivar el turismo, sino también en mejorar la competitividad de los productos orenses en mercados nacionales e internacionales. Para lograrlo, es fundamental trabajar de manera articulada con el sector privado, las autoridades locales y el gobierno central.

Por otro lado, el sector turístico también debe adaptarse a esta nueva realidad. La creación de rutas turísticas seguras, la implementación de tecnología de vigilancia en puntos estratégicos y la capacitación de los operadores turísticos en protocolos de seguridad son acciones que pueden marcar la diferencia.

Este feriado representa un desafío para la provincia de El Oro. La expectativa de recibir visitantes y reactivar la economía local choca con el temor que genera la inseguridad. Sin embargo, es precisamente en este contexto complejo donde se deben tomar decisiones audaces y estratégicas.

Este feriado es una prueba de fuego, una oportunidad para demostrar que la esperanza puede vencer al miedo y que el desarrollo económico es posible si trabajamos juntos. Es tiempo de actuar. La provincia de El Oro merece un futuro seguro, próspero y lleno de oportunidades.

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