Un triunfo agridulce es una victoria que provoca alegría, indudablemente, pero también desazón o molestia.
Lo de Daniel Noboa es un triunfo agridulce para todo su equipo nacional, le ha permitido cerrar una victoria, pero no alcanzó a obtener el voto aplastante como se lo venía expresando. Mucha equivocación en los miembros comunicacionales.
Daniel Noboa ha saboreado un diminuto triunfo agridulce que pone en duda a todos quienes se subieron en la camioneta (y que eran infiltrados de la RC que vociferaban torpezas y hasta que eran inseparables de Noboa). Para el equipo nacional, se embobaron cerrando la campaña con dotes de grandeza y aires de ser únicos, al estilo del expresidente Lasso.
Este triunfo agridulce invita como lo expresó Daniel Noboa a seguir caminando y lograr el triunfo en la segunda vuelta si lo hay. Lo único que se ha descubierto en la primera vuelta que del montón de “seguidores” en su mayoría eran “buche pluma”, situación que ha provocado desazón para el candidato Daniel Noboa.
El sentimiento agridulce de ADN no es otra cosa que la tendencia a la melancolía, a la tristeza de haber confiado con falsos protagonistas que buscaban a río revuelto posesionarse de escalones que no alcanzaron en otras tiendas políticas.
Todo se transformó en un “diamante bruto”, muchos de los seguidores querían labrarse y pulirse, aunque sea asumiendo poses de sábelo todo y no sabían nada. Otros se desembarcaron de la Revolución Ciudadana y aterrizaron en ADN. Estos últimos nuevamente regresan a la RC con el rabo en medio de las piernas, arrepentidos al estilo del comediante El Chavo, de la vecindad.
El proceso de la primera vuelta electoral 2025 demostró que el país se encontraba profundamente conmocionado por quienes traicionaron a la Patria y no aguantaba más las mentiras y engaños. Este substrato, traducido en un voto pragmático más que ideológico, castigó a aquellos candidatos de alquiler y dando una razón inteligente porqué triunfó Daniel Noboa.
Fueron muchas las frustraciones y expectativas del gran electorado con un resultado a sabor agridulce. Estas elecciones de la primera vuelta permitieron medir el comportamiento de otras tendencias político-electorales presentes desde 2008: ascenso de un candidato joven y con mucha capacidad para desenmascarar y mandar a la cárcel a quienes se maquillaron de ser “inocentes políticos”, y en el fondo solo compitieron para negociar con el candidato ganador en caso de segunda vuelta.
En otras palabras del romance político, la primera vuelta electoral 2025, fue una “escoba bruja” que barrió al caudillismo obsoleto y apareció un nuevo líder político, Daniel Noboa; el noble pueblo ecuatoriano ha triunfado, han quedado atrás las mentiras y los engaños que recibían de los mismos de siempre que de manera sistemática venían mintiéndoles de parte de aquellos caudillos de movimientos y partidos políticos anquilosados con obsoletos y bastardos intereses que lejos de ser un bienestar ciudadano querían nuevamente someterlo al país para destruirlo con componendas malsanas que no es otra cosa, que llevarlo a la extinción. Más en la próxima entrega.