“Salieron a trabajar y ahora los regresamos en ataúdes”, fue la desgarradora frase que se escuchó este martes 15 de abril, cuando los cuerpos de Hermel Fabián Carpio, Luis Gerónimo Chávez y Wilmer Severo Durán llegaron a San Gerardo, su tierra natal.

La comunidad los recibió con lágrimas, flores y dolor, luego de que fueran hallados sin vida en una fosa común tras estar desaparecidos por más de seis meses.

La Fiscalía de Santa Rosa autorizó la entrega de los cuerpos luego de tres días de trámites legales. Los restos fueron trasladados desde el Centro Forense de Machala, donde fueron identificados gracias a las prendas que vestían.

La familia y amigos formaron una caravana fúnebre hasta llegar al sitio donde los esperaban para darles el último adiós.

El hallazgo de los tres mineros ocurrió el sábado 12 de abril en una zona montañosa de difícil acceso en la parroquia Torata, mientras agentes policiales investigaban otro caso de desaparición.

El terreno, que había sido removido de forma irregular, alertó a los uniformados. Al excavar, encontraron los cuerpos en avanzado estado de descomposición, enterrados juntos y sin señales visibles de protección.

San Gerardo se vistió de luto y decenas de habitantes acompañaron a las familias en el sepelio. Con velas encendidas y rostros cargados de tristeza, recordaron a los tres hombres que salieron a buscar sustento y jamás regresaron con vida.

Las investigaciones continúan, mientras el silencio de la montaña guarda el secreto de lo que ocurrió aquel 1 de octubre de 2024, fecha en que desaparecieron.

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