La economía de Ecuador no ha logrado recuperarse del todo desde la pandemia de Covid-19, en 2020…
El Banco Central de Ecuador (BCE) informó que la economía se contrajo en un 2 % en 2024. La principal razón, según la entidad, fue la crisis energética, lo que derivó en pérdidas de USD 1 916 millones, también hay otros factores como la inseguridad o el contexto electoral que provocó incertidumbre para inversionistas. Sin embargo, la crisis no es nueva para el país, desde 2020, la economía no ha crecido considerablemente.
Con base en ese escenario y a propósito de que una de las principales preocupaciones de los ciudadanos es el desempleo, el presidente Daniel Noboa tiene que encaminar la recuperación a la celeridad posible.
Esa tarea será un verdadero reto, tomando en cuenta la guerra comercial mundial, las previsiones de la baja en el precio del petróleo, el permanente temor de que se presente una nueva crisis energética, así como el déficit fiscal y el deterioro en la generación de empleo.
¿Por qué se contrajo la economía en 2024?
El Banco Central dice que la contracción fue por la disminución en el consumo de los hogares, así como en el gasto del gobierno. A la par, los apagones significaron un impacto de -1,4 % del Producto Interno Bruto (PIB), afectando principalmente al comercio, manufactura y servicios.
El analista económico Oswaldo Landázuri explica que Ecuador vive una múltiple crisis, por ejemplo, dice que el problema de la inseguridad, que ataca principalmente a los comercios, no ha sido solucionado.
El economista Andrés Albuja dice que se debe revisar el presupuesto que se destina a seguridad y hacerlo con la consigna de que sea adecuadamente aprovechado.
También considera que el desincentivo en el consumo de los hogares puede estar relacionado con el alza de impuestos porque eso implica retirar liquidez en la economía de los ciudadanos.
De hecho, la economía no ha logrado dinamizarse en los últimos años, mostrando una contracción desde 2022.
María Herrera, expresidenta del Colegio de Economistas, también añade el factor de la inseguridad política, a apropósito de las elecciones pasadas, lo que detuvo la circulación de dinero en 2024 y el primer trimestre de 2025. Sin embargo, es optimista en que de ahora en adelante hay mayor certidumbre en cuál será el panorama de gobernabilidad para los próximos años.
Los pronósticos para 2025 tampoco son muy alentadores. El FMI proyecta un crecimiento del 1,7 %, aunque en diciembre del año anterior el panorama era un poco peor, con solo 1,6 %. Sin embargo, esa cifra es menor que la del Banco Central que apunta a un 2,8 %.
Según los expertos consultados por Ecuavisa.com, el gobierno tiene un sinnúmero de tareas en materia económica para el siguiente periodo. Desde equilibrar el déficit fiscal hasta aumentar el empleo adecuado o implementar un plan de explotación petrolera y minera.
Para lo primero, Landázuri y Herrera coinciden en que el Estado tiene que ser más eficiente y encaminar una reducción del tamaño de lo público. Ambos observan que medidas como la entrega de bonos sin un proyecto social que los respalde no es una política sostenible al largo plazo. Además, señalan que si el origen del dinero para ese tipo de subvenciones es el endeudamiento, la balanza es aún más desfavorable.
Landázuri explica que lo ideal en el siguiente periodo será nuevamente revisar los subsidios, aunque ve un panorama político complejo para lograrlo, luego de que, tras la eliminación parcial que aplicó Noboa, no hubo obra pública visible. Es decir, no hay manera de explicar a los ciudadanos que si se retiran recursos de los combustibles se pueda destinar a educación o salud, porque no se hizo eso antes.
Así mismo, la economista Herrera consideran que Ecuador debe procurar equiparar los ingresos con los gastos del Estado para evitar el endeudamiento, sin embargo, tampoco es posible cerrarse a acuerdos con organismos multilaterales, para lo cual Ecuador debe honrar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y así mostrar que hay cumplimiento y garantizar los próximos desembolsos.