El asesinato de seis policías en lo que va del 2025 ha encendido las alarmas en Ecuador. La Policía Nacional rindió un homenaje a los uniformados caídos en cumplimiento de su deber y reveló que la mayoría de estos crímenes se concentran en tres ciudades, siendo Machala una de las más afectadas.

Durante la ceremonia, realizada el 5 de marzo en Quito, el ministro del Interior, John Reimberg, aseguró que se está trazando una nueva estrategia para reforzar la seguridad de los agentes, quienes cada vez enfrentan más ataques directos por parte de grupos delictivos organizados.

La violencia contra la Policía ha ido en aumento. Entre 2013 y 2020, un total de 43 uniformados fueron asesinados en el país. Sin embargo, tras la pandemia, la escalada del narcotráfico y el crimen organizado dispararon las cifras. En 2022 se registraron 28 policías muertos, en 2023 la cifra subió a 86, mientras que en 2024 fueron 26.

Machala, Guayaquil y Esmeraldas encabezan la lista de las ciudades más peligrosas para los agentes. En estas localidades, las bandas criminales han declarado una guerra abierta contra la autoridad, buscando tomar el control total de ciertos sectores mediante ataques directos contra las fuerzas del orden.

Expertos en seguridad advierten que Ecuador enfrenta un escenario de insurgencia criminal, donde las mafias ya no solo operan en la clandestinidad, sino que imponen su dominio a través de atentados, asesinatos y amenazas. Según un informe del coronel (sp) Mario Pazmiño, el crimen organizado busca establecer “microestados” donde ellos son la única autoridad.

Un oficial de la Policía, que prefirió mantener su identidad en reserva, alertó que los ataques contra uniformados forman parte de una estrategia para sembrar terror y demostrar que nadie está por encima de las bandas. “Es una forma de decir: ‘Si esto le pasa a un policía, imaginen lo que podemos hacer con el resto'”, expresó.

El abogado y expolicía Stalin Sacoto señaló que esta situación requiere una respuesta contundente. “No podemos permitir que el miedo paralice a la sociedad. Se necesita mano dura contra el crimen y una justicia que actúe sin titubeos. Si los jueces no pueden cumplir su labor con firmeza, deberían dar un paso al costado”, enfatizó.

Por su parte, el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, reveló que las bandas criminales podrían estar reorganizándose para incrementar la violencia en marzo, previo a las elecciones del 13 de abril. Afirmó que el Bloque de Seguridad ya trabaja en estrategias para contrarrestar este posible repunte delictivo.

Ante la creciente amenaza, la Policía Nacional mantiene un programa de compensaciones económicas para las familias de los uniformados que fallecen en servicio. El Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) cubre los gastos funerarios y otorga pensiones a los deudos, pero la pregunta sigue en el aire: ¿es suficiente?

La guerra contra el crimen en Ecuador no da tregua, y en ciudades como Machala, la situación se torna cada vez más crítica. La sociedad exige respuestas, mientras los uniformados siguen en la línea de fuego.

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