Los índices de violencia en el Ecuador son alarmantes, precisamente en los primeros 45 días del 2025 entre enero y febrero se registraron 1.091 homicidios, en comparación del 2024, que se reportaron 669 casos, desde luego, estas escalofriantes cifras reflejan el incremento de la inseguridad que afecta a diversas ciudades del país, generándose miedo e incertidumbre en los habitantes, ante la falta de control por contrarrestar esta problemática. Analistas en seguridad nacional, abordan que esta crisis no es controlada a causa de tres factores: crecimiento de las redes criminales transnacionales, ausencia de autoridad estatal y la corrupción que se infiltra en las instituciones encargadas de establecer el orden público.
Mientras tanto, el pasado 19 de febrero de 2025 en el informe anual publicado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México, se destaca que Manabí se ubica en el puesto 15 y Guayaquil en el número 12, dentro del ranking de las ciudades más peligrosas del mundo durante el año 2024. Sin embargo, el caso de Machala es aún más preocupante, puesto que, a nivel mundial se encuentra en el top 10 de las urbes con mayores índices de violencia y crimen organizado, por lo tanto, la ola de criminalidad que se evidencia en este cantón y en las demás ciudades del Ecuador ha sobrepasado el alcance de las fuerzas de seguridad conformadas por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
No cabe duda que el ingreso de Machala a este ranking y al ser vista como un foco de violencia mundial, ubicándose en el séptimo puesto, nos ha dejado sorprendidos a la mayoría de orenses, ya que, según los datos del 2024, se registraron 516 muertes violentas y una tasa de homicidios de 87,47 por cada 100.000 habitantes, cifras que representan la alarmante presencia del crimen organizado, narcotráfico y sicariato, mismos que se expanden rápidamente por las zonas periféricas y urbanas de la ciudad. Cabe añadir, que esta situación ha generado pánico y terror en la ciudadanía porque se ven afectados en sus actividades económicas y rutinas cotidianas que realizan en el transcurso del día y noche. Además, en lo que va del 2025 el panorama es desalentador porque los casos de inseguridad continúan en ascenso, es decir, constantemente se producen ataques con explosivos, secuestros, persecuciones policiales y homicidios, dejando a la comunidad en un estado de alerta.
A pesar de los estados de excepción que ha decretado el gobierno nacional y provincial en función de combatir el crimen organizado, los resultados siguen siendo negativos, de hecho, las innumerables intervenciones militares, operativos policiales y reformas legales no han tenido éxito. De este modo, tanto en Machala como en las demás ciudades ecuatorianas se emerge una profunda crisis social que no se ha logrado controlar de manera óptima. Por el contrario, la falta de recursos, las escasas políticas de seguridad y la limitada protección a la población son algunas de las principales incertidumbres que enfrentan hoy en día los ecuatorianos.