Las vacaciones escolares en el régimen Costa han llegado, y con ellas, un merecido descanso para miles de niños, niñas y jóvenes que han culminado un ciclo académico lleno de retos y aprendizajes. Es un periodo esperado por muchos, ya que brinda la oportunidad de relajarse, compartir con la familia y disfrutar de actividades recreativas. Sin embargo, esta pausa en las aulas no debe traducirse en un abandono del bienestar físico y emocional.
El descanso es fundamental, pero también lo es mantenerse en movimiento. Hoy en día, con el avance de la tecnología y la expansión del entretenimiento digital, muchos niños y adolescentes pasan largas horas frente a una pantalla, lo que puede derivar en hábitos sedentarios perjudiciales para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los menores de edad realicen al menos 60 minutos de actividad física diaria, ya sea a través de juegos, deportes o actividades al aire libre.
Las vacaciones representan una gran oportunidad para fomentar el ejercicio. Salir a caminar, andar en bicicleta, practicar algún deporte en equipo o incluso realizar actividades en casa, como bailar o hacer ejercicios de estiramiento, contribuyen a un desarrollo físico adecuado y a una mejor salud mental. El movimiento favorece la concentración, el estado de ánimo y reduce el estrés, factores esenciales para un crecimiento integral.
Además del ejercicio, la alimentación juega un papel clave en el bienestar de los más pequeños. Durante el año escolar, muchas familias mantienen una rutina de comidas estructurada, pero en vacaciones, los horarios suelen flexibilizarse y con ello, el riesgo de caer en una alimentación desordenada. Es importante que los niños y adolescentes continúen consumiendo una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, proteínas y carbohidratos saludables.
La ingesta excesiva de alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y comida rápida puede afectar el rendimiento físico y mental de los menores. En cambio, fomentar hábitos alimenticios saludables no solo previene enfermedades a futuro, sino que también mejora su energía, concentración y bienestar emocional.
Las vacaciones pueden ser un momento ideal para involucrar a los niños y jóvenes en la cocina, enseñándoles la importancia de preparar alimentos nutritivos de manera divertida. Cocinar en familia, explorar nuevos sabores y aprender sobre la procedencia de los alimentos fortalece hábitos que los acompañarán toda la vida.
Es momento de aprovechar este tiempo libre para moverse más, comer mejor y fortalecer los lazos familiares con hábitos saludables. Al final del día, lo que realmente importa es que cada niño disfrute de sus vacaciones de manera plena, activa y saludable, para regresar con energía renovada a un nuevo ciclo escolar.