El invierno ha comenzado a hacerse sentir en la provincia de El Oro con lluvias cada vez más frecuentes, lo que trae consigo una serie de riesgos que no pueden ser ignorados. Más allá del alivio temporal que las precipitaciones puedan brindar en algunas zonas, es imperativo que la ciudadanía y las autoridades tomen medidas preventivas frente a tres amenazas recurrentes en esta temporada: las inundaciones, el incremento de enfermedades respiratorias y la proliferación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Las lluvias intensas representan un riesgo latente en ciudades como Machala, Santa Rosa y Huaquillas, donde el sistema de drenaje muchas veces es insuficiente para soportar grandes volúmenes de agua. Los anegamientos generan no solo problemas de movilidad y daños en infraestructuras, sino que también pueden propiciar la contaminación del agua potable, lo que aumenta la posibilidad de enfermedades gastrointestinales.
Por ello, es fundamental que tanto la ciudadanía como las autoridades locales refuercen medidas de prevención, como la limpieza de alcantarillas y canales de drenaje, así como la adecuada planificación urbana para evitar la construcción en zonas vulnerables a deslizamientos e inundaciones.
El incremento de la humedad y las bajas temperaturas generan un ambiente propicio para la propagación de enfermedades respiratorias como la gripe, el resfriado común, la bronquitis y, en casos más graves, la neumonía. Los grupos más afectados suelen ser niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes.
Ante este panorama, la prevención juega un papel fundamental. Es recomendable fortalecer el sistema inmunológico con una alimentación balanceada, consumir vitamina C, abrigarse adecuadamente y evitar cambios bruscos de temperatura. Además, la vacunación contra la influenza es una herramienta clave para reducir la gravedad de estas enfermedades.
Con el aumento de las lluvias, los criaderos de mosquitos proliferan, especialmente en recipientes con agua estancada. Esto eleva el riesgo de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya, que ya han representado un problema de salud pública en años anteriores.
Para evitar la propagación del mosquito Aedes aegypti, es fundamental eliminar los criaderos dentro y fuera de las viviendas, utilizar repelentes, mosquiteros y colaborar con las campañas de fumigación. Sin embargo, la solución no debe centrarse únicamente en medidas reactivas, sino en una política integral de saneamiento ambiental que garantice un control efectivo y sostenido de estos vectores.
Si bien las lluvias son un fenómeno natural, sus efectos pueden mitigarse con prevención y planificación. La coordinación entre la ciudadanía y las autoridades locales es clave para evitar emergencias mayores.