Las festividades de fin de año son una época de alegría, reflexión y unión familiar. Sin embargo, también es un periodo que, desafortunadamente, puede traer consigo accidentes e impactos negativos al medio ambiente si no se toman las precauciones necesarias, especialmente en lo que respecta al uso de pirotecnia. En Machala, este 2024, se ha dispuesto un espacio específico para la venta de estos productos en la explanada de la ex cancha de Audaz Octubrino, una medida que busca promover el orden, la seguridad y la responsabilidad entre los ciudadanos.
La pirotecnia es una tradición profundamente arraigada en las celebraciones ecuatorianas, desde la quema de monigotes hasta los espectáculos de luces que iluminan la noche al despedir el año. Sin embargo, debemos reflexionar sobre los riesgos y consecuencias asociados con su uso. Cada año, cientos de personas sufren lesiones, muchas veces graves, debido al manejo imprudente de estos artefactos. En especial, los niños, quienes, por desconocimiento, pueden estar más expuestos a quemaduras o explosiones accidentales.
Además del impacto en la salud, el uso irresponsable de la pirotecnia afecta gravemente al medio ambiente. Los residuos plásticos, químicos y metálicos que se dispersan tras cada explosión contaminan nuestros suelos y aguas. También se genera contaminación acústica, que no solo afecta a personas sensibles al ruido, como los ancianos o aquellos con trastornos del espectro autista, sino también a los animales, que sufren niveles extremos de estrés.
Ante esta situación, la iniciativa de Machala de centralizar la venta de pirotecnia en un lugar específico es un paso en la dirección correcta. Esto no solo facilita la regulación y el control de los productos que se comercializan, sino que también brinda a los ciudadanos un espacio seguro y legal para adquirirlos. Sin embargo, este esfuerzo debe complementarse con campañas de concienciación sobre el uso seguro y la importancia de comprar productos autorizados, que cumplan con las normativas vigentes.
El fin de año es un momento para celebrar los logros y reflexionar sobre los retos que hemos enfrentado como ciudad y provincia. En este espíritu, el compromiso de cada ciudadano para actuar de manera responsable y cuidar de los demás es esencial. Disfrutemos de nuestras tradiciones con respeto y precaución, y demos la bienvenida al nuevo año de manera segura y consciente. En Machala, con esta medida de organización, se sienta un precedente positivo para fomentar una convivencia armónica durante estas festividades.