El hallazgo estremeció a la población de Jambelí: el cuerpo sin vida de Nelson Javier Astudillo Solano, de 26 años de edad, fue encontrado cerca del museo marino, en una playa que se tiñó de tragedia la mañana del 30 de octubre.
La escena reflejaba una ejecución violenta y despiadada, con múltiples heridas de bala en el abdomen y la cabeza, lo que la Policía sospecha fue un acto planificado.
La familia de Nelson recuerda que su última salida fue para comer una hamburguesa, un momento de rutina que, sin saberlo, marcaría su despedida.
Según testimonios, a eso de las 16:00 del 29 de octubre, Nelson envió un mensaje a su esposa indicando que pronto estaría de regreso. Sin embargo, esa promesa quedó en el aire, y él jamás volvió a casa.
Horas después, el desconcierto y la incertidumbre tomaron fuerza cuando la familia fue notificada de su secuestro. La noche se volvió una agonía de espera, hasta que, con la llegada del amanecer, recibieron la devastadora confirmación: Nelson había sido asesinado y abandonado en el mar.
La forma en que fue hallado su cuerpo ha despertado el interés de las autoridades, quienes han iniciado una investigación exhaustiva. Fuentes policiales indican que el crimen podría estar vinculado a enfrentamientos por el control territorial, un móvil que no descartan en su labor de esclarecimiento.
Especialistas forenses recogieron las primeras evidencias para dar con los responsables. La brutalidad de las heridas refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas, un escenario cada vez más común en conflictos entre grupos delincuenciales.
El ambiente en Jambelí se ha tornado tenso, mientras los habitantes observan cómo la violencia se extiende hasta sus playas.