La frontera entre el Líbano e Israel vivió una relativa baja intensidad, luego del ataque con más de 300 proyectiles y drones lanzado la víspera por el grupo chií Hezbollah.

En medio de supuestos “avances” en las negociaciones entre Israel y el grupo rebelde Hamás, la milicia chií de Hezbollah sigue atacando territorio israelí con cohetes de gran alcance. Solo el pasado domingo 25 de agosto, el grupo libanés lanzó más de 300 proyectiles y drones con bombas sobre la frontera con Líbano.

La formación libanesa, apoyada por Irán, reivindicó tres acciones contra Israel, una rutinaria y dos de más envergadura con “escuadrones de drones de ataque” que tuvieron como objetivo sendos cuarteles militares en Ayalet Hashahar y al norte de Acre, ambos bastante alejadas de la línea divisoria entre Israel y Líbano.

Por su parte, el Ejército israelí anunció que bombardeó una serie de edificios e infraestructuras pertenecientes a Hezbollah en seis zonas diferentes del sur del Líbano, mientras que otras dos fueron atacadas con artillería.

¿Por qué Hezbollah se enfrenta a Israel? Según un comunicado del grupo terrorista, uno de los tres ataques más recientes fue una respuesta a los “asesinatos llevados a cabo por el enemigo en la resistente ciudad de Sidón”, en el sur del Líbano.

Mientras que los otros bombardeos son parte de la esperada respuesta a la muerte del máximo comandante del movimiento en un bombardeo israelí contra las afueras de Beirut, el pasado 30 de julio.

El asesinato de su máximo comandante disparó los temores mundiales sobre el estallido de una guerra abierta entre Israel y Líbano.

Los entrentamientos entre el ejército israelí y Hezbollah no son nuevos: en 2000, los guerrilleros del grupo islámico obligaron a las fuerzas israelíes a retirarse del sur del Líbano, poniendo fin a una ocupación de más de 20 años.

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