Los acontecimientos de estos últimos tres meses en el país, entre el sector político que gobierna y la oposición, reeditan una vez más la falta de racional solidaridad para encontrar las vías adecuadas y enfrentar los problemas que se viven en el Ecuador, derivada de una gestión pasada indebida donde toda la clase política, sin exclusión alguna, tiene parte en la actual crisis del convivir nacional. Todos, estamos padeciendo y no nos merecemos este trato.
En todo caso, son reflexiones que vienen a la mente cuando palpamos que en nuestro país quién es elegido para gobernar encuentra siempre obstáculos que desaceleran las iniciativas que se plantean para superar los problemas que surgen y tienen que solucionarse con premura, como el caso del padecimiento energético que vivimos actualmente.
Así las cosas, no se justifica en modo alguno con oprobiosos criterios, burlas y sarcasmo, que expresan en el ámbito político, de quienes no ostentan actualmente el poder. Esas personas en lugar de buscar contribuir a superar el grave problema, apoyando las medidas urgentes requeridas para la solución, conociendo que aquello es ocasionado fundamentalmente por escasez de lluvias, que no depende de voluntad de gobernante alguno sino de la naturaleza. Sin embargo, los políticos venden Patria no razonan.
Esto es tan fácil de entender, pero, se vuelve oportunidad para la diatriba, el embuste, la agresión aleve, cuando al ser afectados todos, se vuelve imperioso el concurso de todos para la solución, o el país se hunde inmisericordemente.
Además, conforme conocemos, la desatención en el sistema de provisión de energía no ha sido originado por el actual mandatario, eso lo saben de sobra los politiqueros, es la herencia del pasado, lo importante para ellos es aprovechar coyunturas para desprestigiar y buscar réditos, ahora electorales, cuando estamos a las puertas de un nuevo proceso en tal sentido.
Sobre el tema, es preciso de alguna manera definir una Política de Estado que se cumpla indefectiblemente al margen de quienes lleguen a gobernar democráticamente. En el caso de la provisión de energía, debe ser un asunto prioritario de definirse con el concurso de todos los sectores, y el compromiso de cumplir a rajatabla lo que debe definirse al efecto; el descuido y desatención como lo citamos es del pasado. Hoy se requiere muchos recursos para las adquisiciones y reparaciones urgentes que debe hacerse para evitar el desabastecimiento energético.
Una política estatal en tal sentido debe merecer una prioritaria definición legislativa, y es una tarea ya, para que algo productivo salga del primer poder del Estado. Es prioritario la situación y la gobernanza del país para que el país supere su déficit actual y asegure el futuro energético, creo que es lo único que pueden ponerse de acuerdo, si su interés en verdad es el de ver grande al país.
Indudablemente que esta tarea debe liderarla el actual mandatario, con participación de toda la clase política del Ecuador.