Aunque aumentó a 151 legisladores que se posesionaron este miércoles 14 de mayo en la Asamblea Nacional, hay esperanza que puedan cambiar los destinos del país, pues terminaron un periodo para el olvido, con mayoría de la Revolución Ciudadana que nunca presentó un proyecto de ley para frenar la inseguridad, ahora la ciudadanía espera que puedan hacer algo y nuevo vientos soplan en el palacio legislativo y esperan una asamblea diferente y tenga la sensibilidad para legislar por las necesidades más urgentes del país.

Hay necesidades urgentes que pueden ser resueltas o tener alternativas siempre y cuando esta nueva Asamblea Nacional trabaje por objetivos comunes, junto al Ejecutivo y las demás instituciones del Estado. Los ecuatorianos necesitan conseguir, al menos, un empleo o mejorar las condiciones laborales; que sus hijos vayan a la escuela o el colegio, que puedan acceder a los servicios de salud, y lo más acuciante, recuperar la paz y vivir con seguridad.

El empleo no mejora en un país que vive en crisis económica, que impiden la reactivación e inversión de las empresas que son las generadoras de oportunidades laborales. Los índices de empleo adecuado del primer trimestre de 2025 no mejoraron con respecto al mismo periodo de 2024, indica la última la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) el 30 de abril del 2025. Este tipo de empleo se ubicó en 35,2% frente al 35,1% de 2024. Las cifras del subempleo y el desempleo no variaron casi nada. Desde que se inició la pandemia del covid-19, la escolaridad ha disminuido y su recuperación en los últimos cuatro años ha sido parcial, indica el informe Estadística Educativa de 2024, del Ministerio de Educación. La baja escolaridad se siente más en el campo, donde las escuelas tienen problemas de infraestructura y falta de docentes.

La necesidad no resuelta es la salud. Los pacientes y sus familiares sufren calvarios porque no hay medicina en los hospitales o porque no hay los médicos especialistas. Los enfermos tienen que comprar las medicinas para hacerse curar en los centros y hospitales públicos. Ese mismo problema adolecen los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

Esta nueva Asamblea tiene que ser sensible para entender y encontrar soluciones para erradicar el estado de guerra que vivimos los ecuatorianos todos los días, quienes vivimos con temor a salir de casa o de caminar con tranquilidad por las calles, la inseguridad campea en todo el país, pero esta asamblea que concluye el periodo se hizo la desentendida, pues los asambleístas buscaban otros intereses, personales y partidistas.

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