La paz de una reunión familiar en la ciudadela Los Ceibos, Arenillas, se quebró trágicamente la noche del domingo 27 de octubre, cuando un hombre decidió convertir una amenaza en una despiadada realidad. Horas antes del ataque, una de las víctimas había recibido una escalofriante llamada de advertencia. Su ex pareja, con quien había terminado una relación, la amenazó con hacerle daño a ella y a su familia. Esta advertencia, que sonó como palabras de despecho, pronto se transformó en una brutal masacre.

A las 21h00, mientras familiares y amigos compartían en una parrillada, el agresor irrumpió en el hogar con un arma de fuego en mano. Sin mediar palabra, disparó a quemarropa contra los presentes. El caos se apoderó del lugar, mientras los asistentes intentaban protegerse de la arremetida de balas. En medio de la conmoción, una persona perdió la vida y otras cuatro resultaron gravemente heridas.

La víctima mortal fue identificada como Enrique Vicente Durazno Espinoza, de 26 años. Los disparos que recibió afectaron órganos vitales, llevándolo a la muerte en cuestión de minutos. Testigos aún recuerdan con horror cómo el joven se desplomó, sin posibilidad de ser auxiliado a tiempo.

Entre los heridos se encuentran Carlos E., de 39 años; Simón D., de 64; Jerry M., de 29; y Jaqueline D., de 31. Todos ellos fueron trasladados de inmediato al hospital local, donde ahora luchan por su recuperación. Las balas impactaron distintas partes de sus cuerpos, dejando heridas de gravedad que demandan atención constante.

La Policía Nacional, al ser notificada del sangriento ataque, desplegó un operativo de búsqueda. Gracias a la rápida respuesta, lograron dar con el paradero del supuesto atacante, identificado como David B. Ch., quien intentaba huir de la escena del crimen. Durante su captura, las autoridades decomisaron el arma que presuntamente usó para perpetrar el ataque.

David B. Ch., cuya ocupación es piloto comercial, fue puesto bajo custodia y permanece en manos de las autoridades judiciales. En las próximas horas, se espera que se defina su situación legal mientras avanzan las investigaciones. La Policía continúa recabando evidencia y testimonios para esclarecer los motivos detrás de este acto de violencia que ha dejado una familia devastada.

Este caso ha conmocionado a la comunidad de Arenillas, que exige justicia ante un crimen que pudo haberse evitado. La llamada de advertencia y el acto posterior han suscitado preguntas sobre la seguridad y los mecanismos de protección para quienes enfrentan amenazas de violencia.

Las autoridades también investigan si el detenido tenía antecedentes de agresiones previas, ya que el perfil del atacante sugiere un historial de conducta violenta. Este trágico suceso deja una lección amarga y recuerda la importancia de tomar en serio cualquier señal de peligro. La comunidad espera con ansias que se haga justicia y que el dolor que ahora embarga a esta familia encuentre consuelo en la verdad y en la acción de la justicia.

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