El miedo es parte de la cotidianidad, pues, a donde vamos se respira incertidumbre y temor al ‘otro’, en nuestra cultura occidental cuando hablamos de mitos, nos suele venir a la mente ideas relacionadas con historias no comprobadas o paranormales que tienen que ver más con asuntos religiosos. Sin embargo, también existen mitos que no precisamente responden a la religión regente, ya que hoy los dioses son las marcas y estrellas de farándula, y los rituales son el culto a esas transnacionales e individuos endiosados por las masas; “la modernidad se vuelve una fuente continua (…) para la creación de nuevos mitos y rituales y para su rápido consumo, mitos y rituales se crean y recrean (…) dado los ritmos tan acelerados de funcionamiento de la modernidad” (Guerrero, 2010, pág. 197).

Por eso, en plena edad contemporánea seguimos hablando de mitos, en este artículo expondré tres mitos modernos en los cuales se refleja el miedo.

1. El mito de la eterna juventud

Desde tratamientos para las arrugas hasta cirugías estéticas, parece ser que todos quieren emular a Ponce de León y la legendaria búsqueda de la fuente de la juventud, pero debemos dar crédito de todo esto a las excesivas campañas de marketing en los mass media, que intentan vender esperanzas a aquellos individuos que pasaron los cuarenta años de edad. Y es que “los jóvenes todavía son los héroes del mercado, pero han dejado de ser los héroes de la historia” (Cueto, 1982, pág. 13), el miedo al paso del tiempo ha volcado a que el individuo del siglo XXI, invierta gran parte de su salario en cremas anti arrugas, membresías en el gimnasio, ropa en boga y demás artilugios que disimulan el progreso de la edad.

Hoy en día se observa todo un culto al ‘yo’, la espectacularización del cuerpo (cinema de egocentrismo) y una ética en declive. En nuestro país con el auge de las redes sociales como Facebook o el TikTok, vemos que muchos adolescentes se toman fotos a sí mismos, una tendencia denominada ‘selfie’ o hacen sus videos buscando la fama de las redes; la tecnología ha sido mal utilizada y ha hecho que la gente, dedique gran parte de su tiempo a pasar horas en las redes sociales perfeccionando sus perfiles virtuales, buscando la aprobación de los cibernautas, quienes a veces no se les conoce personalmente.

2. El mito de la seguridad

Es necesario señalar que “nuestras sociedades producen y reproducen violencia; la hacen circular, la redistribuyen, la espectacularizan, la representan diariamente; la tratan como una mercancía de consumo más” (Cueto, 1982, pág. 35), y es así como en los medios de comunicación observamos programas periodísticos como ‘En carne propia’ y otros más del estilo periodistico Gonzo, en donde sus reporteros acuden a los suburbios de Guayaquil a filmar a personas drogándose, dementes que deambulan o seres humanos que tienen asuntos pendientes con la justicia…

CONTINUARA… en la 2da parte.

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