– Adulto mayor estaba descansando cuando una vela que encendió ante los apagones, se viró y se desató el horror en su hogar…
En una dolorosa escena que enmudeció al barrio Santa Lucía, en El Guabo, un incendio arrebató la vida de Holguer Agapito Niebla, un hombre de la tercera edad, la noche de este martes 29 de octubre. Las llamas, desatadas por una vela encendida, consumieron en minutos la humilde vivienda de Niebla, quien no logró escapar del fuego.
El siniestro ocurrió mientras el anciano dormía, usando una vela como fuente de luz tras los frecuentes cortes eléctricos en la zona. En cuestión de minutos, el pequeño foco de luz se transformó en una trampa mortal, encendiendo rápidamente la estructura de la casa, construida con materiales mixtos, que no ofrecieron resistencia al avance de las llamas.
Los vecinos, alertados por el humo y las llamas que iluminaban la noche, intentaron llegar hasta la vivienda para socorrer al anciano, pero el calor y el denso humo los alejaron. A pesar de los gritos de auxilio y de sus intentos desesperados, no pudieron hacer más que observar, impotentes, cómo el fuego devoraba el hogar de su vecino.
Los testimonios describen momentos de angustia y desesperación. “Queríamos ayudarlo, pero las llamas eran demasiado fuertes, no podíamos acercarnos”, relató una vecina entre lágrimas. La escena que dejó el incendio fue desoladora, con la estructura de la casa reducida a cenizas y el dolor visible en los rostros de quienes contemplaban lo ocurrido.
Minutos después, los bomberos llegaron al lugar y, tras un arduo trabajo, lograron sofocar las llamas. Sin embargo, la tragedia ya estaba consumada: el fuego había acabado con la vida de Niebla, dejando a la comunidad impactada por la pérdida y el recuerdo de la impotencia ante el avance feroz de las llamas.
Los habitantes de Santa Lucía quedaron conmocionados por la muerte de un vecino querido y respetado. Muchos señalaron la frustración de vivir sin un servicio de electricidad constante, lo que obliga a depender de velas y aumenta los riesgos de incidentes fatales como este. En sus palabras resonaba la necesidad urgente de soluciones para evitar que otra vida se pierda en condiciones similares.
La escena fue devastadora. Lo que quedó del hogar de Niebla ahora es un símbolo de la fragilidad humana ante la tragedia y del dolor de una comunidad que llora a su vecino. El fuego, originado por la necesidad de luz en plena oscuridad, deja a Santa Lucía con una herida que tardará en sanar.