Inicia un nuevo año, y no puedo más que agradecerle a Dios por darme la oportunidad de vivirlo Me emociona pensar en las posibilidades que traerá este 2025, la fe y la esperanza empiezan a iluminar cada uno de los proyectos que imaginamos, sin embargo, antes de mirar hacia adelante, quiero hacer una pausa para recordar lo que fue el 2024.
Fue inspirador ver las fotografías, videos e historias en redes sociales que capturaron los momentos más significativos del año de muchas personas estas memorias nos mostraron que, para muchos, 2024 fue un año lleno de grandes logros y experiencias ahora, quiero compartirles cómo viví yo este año que acaba de terminar.
Para mí, 2024 fue un año de aprendizajes profundos y nuevas vivencias me recordó mi propio valor, hubo días en los que la felicidad llenaba mi corazón y otros en los que las lágrimas me acompañaban, deseando esconderme del mundo, pero cada momento, ya fuera dulce o amargo, me dejó una enseñanza invaluable por eso, hoy solo puedo agradecer.
Al pensar en este 2025, he decidido cambiar mi enfoque por primera vez, quiero simplemente fluir con lo que la vida me presente, sin exigirme tanto ni crear expectativas rígidas, aunque puede parecer sencillo, vivir con tranquilidad es un verdadero desafío porque hay muchos factores que influyen sin embargo, estoy dispuesta a confiar en mí misma, a caminar de la mano de Dios y a trabajar con paciencia para convertir mis sueños en realidad.
Mi mayor deseo es que este año sea maravilloso para todos, no solo en palabras, sino también en acciones. Que el amor, la empatía, la bondad, la sabiduría y, sobre todo, la salud, sean una constante en sus vidas.
Queridos lectores, nunca olviden que vivir va mucho más allá de simplemente respirar por más alta que sea la montaña o más pesada que parezca la cruz, con fe en Dios y confianza en nosotros mismos, podemos alcanzar cosas extraordinarias.
¡Les deseo un 2025 lleno de luz y bendiciones!