Los ecuatorianos asistieron a las urnas, algunos fueron el centro de atención, otros seguros por quien apoyarían con su voto y más de dos millones de personas no se presentaron en sus recintos electorales, es decir, un considerable porcentaje se negó a participar de este proceso democrático a lo mejor por el exceso de candidatos como por la poca o nula representatividad de los electores con quienes aspiraban llegar a Carondelet, salvo algunas excepciones donde por cuestiones médicas o de movilidad no pudieron sufragar. Luego del escrutinio de las actas los resultados de la primera vuelta son claros y reflejan la más grande polarización registrada en la historia del país desde su regreso a la democracia, perfilando dos fuerzas políticas que mantienen divida la sociedad lo que dio lugar a la estigmatización entre Costa y Sierra, discordias, hostigamientos e insultos que dejan en evidencia la conducta más bizarra de las personas traducida en un comportamiento agresivo alimentada de un odio desmedido sobre todo hacia el correísmo.

Es importante reflexionar acerca de la marcada polarización nacional porque esto solo beneficia a las organizaciones criminales, aquellos líderes del narcotráfico que siguen reclutando nuevos miembros, delinquiendo sin temor a ser detenidos o procesados, dominando las fronteras para el contrabando de bienes y personas que en resumidas cuentas nos mantienen en la extrema violencia, situación que se intensifica con instituciones débiles y un gobierno que no ha podido resolver la inseguridad nacional y carece de credibilidad formado un vacío de poder que es aprovechado por quienes corrompen el sistema para seguir expandiendo su influencia y comprando conciencias. En este entorno, si hablamos de polarización también existe la politización que puede manifestarse de diversas maneras como difundir noticias falsas, exponer rumores, chismes, la presencia de presas amarillistas que crean un sesgo informativo que favorece a su candidato favorito o emplear diferentes tácticas como los trolls centers para provocar y engañar a los usuarios con polémicas que influyen en la opinión pública, en el contexto ecuatoriano se vive la politización mediática.

Precisamente esto ha generado un electorado impredecible cargado de desigualdades, incertidumbre y miedo, no por nada existió un 1 millón de votantes que prefirieron no respaldar a nadie porque lo que necesitan es que sus demandas sean asistidas no con promesas vacías, sino con acciones que transformen la vida de todos. Debemos analizar cada propuesta tanto para atender la crisis energética, como para combatir la corrupción y mejorar las relaciones diplomáticas que hasta el momento se han visto afectadas con Mexico primero con la irrupción a la Embajada para detener al exvicepresidente Jorge Glas y luego con el alza de aranceles para los productos mexicanos.

Siguiendo este escenario la elección del 2025 deja a dos candidatos prácticamente empatados o lo que es lo mismo ADN versus Revolución Ciudadana quienes tienen el reto de captar el voto de los indecisos y asegurar su predominio en sectores donde hubo una votación ajustada, por ejemplo, la provincia del Guayas. Las alianzas estratégicas con sectores políticos clave serán la piedra angular para asegurar el triunfo en abril, sin embargo, lo más imparte es que quienes lleguen a ocupar los mandatos de Presidencia y Vicepresidencia no tomen con ligereza el futuro de más de 18 millones de personas que no resisten más el abandono estatal y el despilfarro de dinero en asuntos triviales.

Los próximos meses deberán estar marcados por una intensa campaña en territorio porque las redes sociales jamás reemplazarán el contacto con la gente, ahora bien, con la decisión de la tercera fuerza que recae en Pachakutik sobre a cuál de los dos candidatos apoyara en el balotaje ya podremos realizar nuestras predicciones. No sin antes olvidar, la gran lección que dejaron estos comicios de no celebrar antes de tiempo, ni osar de un exceso de confianza menos cuando vivimos una realidad lacerante donde el único camino para mitigar la discriminación, el desprecio y la prepotencia es a través de la conciliación que nos permita lograr mejores condiciones de igualdad, seguridad y progreso sostenible, algo que no es posible desde el odio que distorsiona la cordura y nos aleja de la paz que deseamos para Ecuador.

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