La primera vuelta de las elecciones generales en Ecuador deja un ajustado resultado entre Daniel Noboa y Luisa González. Lo que ha significado que entre estas dos tendencias han obtenido mayoría de votos para gobernar el país.  

El gran electorado tiene nuevamente la oportunidad de hacer conciencia en cómo cambiar el rumbo de la Nación; deberá saber escoger en quién confiar el destino de un país que tiene de todo para volver ha renacer, es decir, cuatro años que no serían suficiente para la nueva reconstrucción por el estado calamitoso que se vive y que no nació de la nada, sino, de una herencia de muchos pactos oscuros donde desmantelaron toda la estructura del Estado y como víctima siempre ha sido el pobre pueblo ecuatoriano cuyo hombre de a pie sigue lamentándose de tanta hambre y desempleo.

Esta segunda vuelta implica que obligatoriamente Noboa y González se vean frente a frente en el debate, algo que no ocurrió en la primera vuelta porque en el sortero estuvieron en grupos diferentes.

El Código de la Democracia establece que la ausencia de un candidato en el debate implicaría una “infracción electoral muy grave” que está tipificada y puede ser sancionada hasta con multas económicas y la pérdida de los derechos políticos.

Participar de las elecciones en Ecuador en esta segunda vuelta es obligatorio para los ecuatorianos entre 18 y 65 años y facultativo para adolescentes entre 16 y 17 años, adultos mayores a 65 años y extranjeros.

La historia del voto nos ha enseñado que no podemos caminar sobre las ruinas de un país sin reconstruirlo. No podemos quedarnos en la indignación pasajera o la queja estéril. Las dos tendencias tienen sentidos cruzados, el ganador de la primera vuelta ha expresado que confía en el respaldo del voto y que su proyecto será posible si el gran electorado hace conciencia de entender porque ha ganado la primera vuelta y cómo salir de este hoyo.

Mientras tanto la tendencia de Luisa Gonzáles se ha pronunciado que seguirá el camino del expresidente Correa, gobernando para continuar con la estructura de la Constitución del 2008, es decir, mantener el Poder con un sentimiento más arraigado.

 El pronunciamiento ciudadano ha puesto dos tendencias muy claras, Daniel Noboa que representa una continuación que ha dado muestra de ser un gobernante honesto y Luisa González, que representa a una década donde ha resaltado la corrupción y el robo.

En conclusión, se puede percibir que la dignidad del país se juega en la segunda vuelta, y, reconocer que el presidente candidato hace 22 meses no era un actor político nacional, ha conseguido en este corto tiempo, consolidar un proyecto político que ha dejado al correísmo en segundo lugar. Le queda al triunfador de la primera vuelta, consolidar una idea de un mejor modelo más ciudadano, dar mayor atención al joven universitario y al hombre de a pie.

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