Decir que el Ecua-dólar (una moneda nacional paralela al dólar) es la “salvación del país”, es lo más torpe que se puede haber escuchado. Es lo más espantoso que se ha escogido como campaña política del grupo socialista del siglo XXI.

Estas actitudes dañan la democracia al país cuyas consecuencias son para la para la ciudadanía. Los principales efectos que podrían afectar a Ecuador si se implementa estas ocurrencias de mal comportamiento político de un grupo que quiere captar el poder a toda costa, se llama “derrota anticipada”.

¿Cuáles serían los efectos para el país? Pérdida de confianza y fuga de capitales. La dolarización brinda estabilidad porque la gente confía en el dólar. Introducir una moneda paralela haría que la gente saque sus dólares del país o los guarde fuera del sistema bancario. Si la gente no confía en el Ecua-dólar, los ahorros se evaporarían y el sistema financiero colapsaría.

Con el dólar, la inflación en Ecuador ha sido baja y predecible.
Si el gobierno imprime Ecua-dólares sin respaldo, la inflación podría dispararse. Los precios de los productos básicos podrían subir, afectando especialmente a los más pobres.

La devaluación y pérdida de poder adquisitivo, se entiende: que, con el dólar, el salario mínimo mantiene su valor. Si el Ecua-dólar se devalúa, el dinero valdría menos y los salarios perderían poder de compra. Los ciudadanos necesitarían más Ecua-dólares para comprar los mismos productos, empobreciendo a la clase media y baja. Sería un caos como lo que sucede en Venezuela.  

Esta idea torpe del Ecu-dólar aumentaría la desconfianza en el sistema financiero. Actualmente, los bancos operan con dólares, lo que da estabilidad. Si se obliga a los bancos a usar Ecua-dólares, podrían colapsar. Los ahorros podrían perder valor de la noche a la mañana, generando pánico financiero.

La dolarización atrae inversión porque hay estabilidad. Un cambio a una moneda paralela espantaría a los inversionistas. Así de fácil y de sencillo. Menos inversión significaría menos empleo y más pobreza.  

En conclusión, me atrevo en expresar, que el Ecua-dólar sería un riesgo enorme para la economía y la ciudadanía, ya que podría provocar inflación, devaluación, fuga de capitales y colapso del sistema financiero.

La solución no es crear una moneda paralela, sino mejorar la economía dentro de la dolarización: aumentar exportaciones, reducir deuda y fomentar inversión.

Para fortalecer la economía sin poner en peligro la estabilidad de Ecuador bajo la dolarización, se deben aplicar estrategias responsables que aumenten los ingresos, reduzcan el gasto ineficiente y fomenten la producción. Hay cinco claves fundamentales:

Aumento de la producción y exportación; atraer inversiones extranjeras; reducir el gasto publico ineficiente; fortalecer el emprendimiento y la economía digital; y, fortalecer el sistema financiero y el crédito productivo.

Es lo más claro para el país. Además, sin poner en riesgo la estabilidad del país, sería, exportar más y depender menos del petróleo; Atraer inversión y generar empleo; Eliminar corrupción y gasto ineficiente; Garantizando un sistema financiero sólido. En conclusión, se necesita producir más, gastar mejor y generar confianza en el país.   

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