Es cierto que ni Daniel Noboa Azin ni Luisa González destacaron como grandes oradores en la campaña presidencial de Ecuador 2025. Sin embargo, el triunfo de Noboa se debió a varios factores clave que fueron más determinantes que la oratoria. Estas son las principales diferencias que explican su victoria:

Imagen de renovación y juventud, Noboa, con 35 años, representó para muchos electores una cara nueva frente a políticos tradicionales o polarizantes. Su imagen era la de un empresario joven, pragmático y técnico, que no arrastraba escándalos graves ni un pasado político pesado.

Campaña moderada y “antipolítica”, mientras González era vista como la candidata del correísmo (muy polarizante en Ecuador), Noboa evitó discursos ideológicos duros. Se presentó como un “técnico” que venía a gestionar, no a hacer política tradicional. No se confrontó de manera agresiva: hablaba poco, pero buscaba transmitir calma y pragmatismo.

Aprovechamiento de la coyuntura de inseguridad, la violencia y el crimen organizado eran (y siguen siendo) el gran temor de la población. Noboa propuso medidas fuertes en seguridad (como la construcción de cárceles en barcos estilo Bukele) y logró que la gente lo asociara con acciones rápidas, aunque fueran poco explicadas.

Debate presidencial: efecto clave, aunque no fue un gran orador, Noboa superó las expectativas en el debate presidencial: fue percibido como más concreto y menos agresivo que González. Luisa González, en cambio, fue vista como altanera, evasiva y demasiado ligada al pasado de Rafael Correa.

Anti correísmo latente, aunque el correísmo tiene una base sólida (30-35%), una mayoría importante del país rechaza su retorno. Muchos votantes no votaron tanto “por Noboa” sino “contra González” (voto útil anticorreísta).

Campaña ágil en redes sociales, Noboa utilizó de forma muy eficiente TikTok y redes digitales para llegar a jóvenes y apáticos, con un estilo ligero, no político. La campaña de González fue más tradicional, sin lograr conectar con la ciudadanía.

En resumen, Noboa ganó no por ser un gran orador, sino por representar un cambio fresco, no amenazar con el regreso del correísmo, enfocarse en la seguridad, manejar una campaña hábil en redes, y mostrar en el debate una imagen más confiable que su rival.

Noboa ganó como una figura fresca y moderada, manejando bien el rechazo al correísmo y la ansiedad por la inseguridad.

González perdió atrapada en la sombra de Correa, no logró conquistar a nuevos votantes y su estilo confrontativo en el debate le afectó.

De lo citado, participo a mis apreciados lectores, que las elecciones del 2025, mostró que el país está abierto a nuevas figuras, pero exige soluciones concretas a sus problemas más urgentes. La comunicación efectiva, la moderación en el discurso y la capacidad de leer correctamente. Noboa tiene el enorme desafío de dar resultados rápidos en seguridad y economía en un tiempo político que lo convierta en un nuevo líder para dos periodos o más de gobernabilidad.

Su supervivencia política depende de mostrar acción visible, construir acuerdos sin ser capturado por viejas prácticas y preservar su imagen de renovación.

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