La pobreza en Ecuador se mide a través de indicadores como la pobreza por ingresos y la pobreza extrema. La pobreza en las áreas rurales suele ser mayor que en las áreas urbanas. 

El salario básico unificado (SBU) en Ecuador para el año 2025 es de $470 dólares mensuales. Este monto representa un incremento de $10 dólares miserables respecto al año 2024. 

La única variable clara de la pobreza y extrema pobreza, es la mala educación que no es por falta de dinero, es una estrategia para que pocas familias sean las que dirijan los sistemas productivos y financieros de una Nación. Por ello, invito al gobierno de turno, a dar pronta solución a la pobreza aplicando mayor seguridad social, aplicación de derechos ciudadanos, desterrando la explotación del trabajador ecuatoriano por aquellas empresas que han venido humillando al trabajador y a la familia, pagándoles lo que les da la regalada gana. E incluso, al trabajador se lo excluye de la participación de utilidades entre otros derechos.

La dirección provincial del trabajo no es garantía constitucional para el trabajador, es un biombo para la parte patronal donde se multiplica la humillación al pobre trabajador ecuatoriano. Por ello, hay que salir de la dicotomía de una política de derecha perversa, y de una izquierda intransigente, a una sociedad patriótica moderna de unidad nacional, en donde la dignidad y calidad sean políticas de Estado, para ello hay que invertir más recursos humanos y materiales en aquellos establecimientos de educación donde hay más pobreza, porque existe una correlación en rendimiento educativo y pobreza familiar.

Los autores de la investigación cuantifican y examinan la pobreza en el Ecuador, desde dos puntos de vistas: ingresos y satisfacción de las necesidades básicas en materia de vivienda, educación, salud, y otros rubros. El límite de la situación de pobreza está dado por el costo de la canasta familiar que, en números redondos y a nivel urbano, es de $ 850.00, mensual; y, a nivel rural, un 85% más, dada la mayor proporción de personas que viven en las ciudades. El mayor número de pobres se encuentran en el sector rural. La pobreza, por lo tanto, se ha convertido en un fenómeno mayoritariamente urbano.

Sin duda, el estudio realizado es de enorme interés. Permite conocer un fenómeno que debe convocar a la reflexión de todos los ecuatorianos, pero, en especial, del gobierno de turno, y de los que aspiran a serlo. El estudio no lo dice, pero para el lector atento es fácilmente perceptible que, de continuar las cosas como hasta ahora, la pobreza en el país tenderá a incrementarse, con todas las consecuencias que en el terreno social y político tal hecho genera.

Solo pregunto apreciados lectores: ¿Cree que en el país se está haciendo lo necesario para al menos reducir la pobreza que castiga el 66% de los ecuatorianos?

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