Investigadores en China desarrollaron una batería que promete durar décadas, incluso siglos, lo cual podría cambiar radicalmente la forma en que obtenemos energía.
La Universidad de Soochow lidera este proyecto, y sus científicos aseguran que el dispositivo es extremadamente estable y eficiente.
Esta batería podría ser clave en aplicaciones donde se requiere energía a largo plazo, como misiones espaciales o exploración marina, donde el reemplazo o mantenimiento de baterías resulta impráctico.
A diferencia de las baterías convencionales, que dependen de reacciones químicas, este modelo revolucionario utiliza la desintegración radiactiva como fuente de energía.
En vez de limitarse a la radiación beta, que es común en este tipo de baterías, los investigadores han incorporado radiación alfa, que proporciona una energía significativamente mayor.
Este avance es posible gracias a un convertidor de energía: una capa especial que transforma la radiación en luz y luego en electricidad, utilizando un proceso similar al de los paneles solares.
Aunque el proyecto aún está en fase experimental, la posibilidad de perfeccionar esta batería podría abrir nuevas puertas en el ámbito energético.
Si se logra aplicar de manera segura, esta tecnología no solo revolucionaría el sector, sino que también permitiría un aprovechamiento más eficiente de los residuos nucleares.