En la madrugada del 25 de marzo, un atentado explosivo sacudió el barrio Luz de América, ubicado en el sur de Machala. El violento ataque, ejecutado por un grupo de extorsionadores, dejó una vivienda destruida, pero afortunadamente, sin víctimas fatales.
Los delincuentes dejaron un panfleto con amenazas de muerte dirigidas a la propietaria de la casa, exigiéndole el pago de una suma de dinero bajo coacción.
La Policía Nacional, al estar al tanto de la situación, realizó operativos en la zona, aumentando la seguridad en el área. Durante sus patrullajes, los agentes fueron informados sobre la posible presencia de personas armadas dentro de la vivienda atacada. Fue entonces cuando se desplegaron más efectivos en el lugar.
Al llegar al inmueble por la tarde, los oficiales detectaron movimientos sospechosos alrededor de la casa. Al observar que algunos individuos intentaron escapar, los uniformados procedieron al allanamiento del lugar. Durante la intervención, un joven que se encontraba en el exterior arrojó un objeto hacia el techo de una casa vecina, lo que despertó la atención de los agentes.
Tras un rápido cerco, los policías lograron neutralizar al adolescente, quien aparentemente formaba parte de un grupo delictivo. Al revisar el lugar, se descubrió que el objeto lanzado al techo era un arma de fuego, lo que llevó a la inmediata detención del joven. Este hecho reveló la posible relación del menor con actividades ilícitas en la zona.
El atentado, ocurrido a la 01:00, fue perpetrado mientras la víctima descansaba en su hogar. La explosión destrozó parte de las paredes, techo y piso de la vivienda. Aterrada por el estruendo, la mujer se asomó por la ventana y pudo constatar los daños ocasionados por el artefacto explosivo. Sin embargo, la amenaza no terminó allí. Poco después, comenzó a llegar mensajes intimidantes a su celular.
A través de WhatsApp, los delincuentes exigían que la mujer entregara 5 mil dólares antes de las 12:00 del día, bajo la amenaza de muerte. Los mensajes fueron directos y escalofriantes, asegurando que, si no cumplía, no solo su vida, sino también la de su familia, estaría en peligro. La Policía Nacional investigó el caso, pero afortunadamente no se reportaron heridos, aunque los daños materiales fueron considerables.
El caso sigue siendo investigado por las autoridades, mientras que la policía continúa con su trabajo de seguridad en la zona para evitar futuros actos de violencia relacionados con extorsiones.